Llevamos un estilo de vida muy acelerado y a veces resulta complicado seguir rutinas fijas. Además, a eso le sumamos el hecho de que mucha gente no le da la importancia necesaria a algunas comidas como el desayuno o la merienda.
Con esto siempre surge la eterna duda. ¿Cuántas veces debo comer al día? Pregunta a la que se le van sumando otras: qué cantidades debo comer, cuál es la más importante, qué pasa si me salto alguna comida.
En este blog, te daremos una explicación de lo que necesitas saber para llevar una alimentación saludable, el número de comidas y como comer de manera balanceada.
¿QUÉ ES EL IMC?
El índice de masa corporal (IMC) sirve para medir la relación entre el peso y la talla, lo que permite identificar el sobrepeso y la obesidad en adultos.
La forma para calcularlo es la siguiente:
Se divide el peso de una persona en kilos, entre el cuadrado de su talla (estatura) en metros.
(kilogramos) ÷ (metros cuadrados) = IMC
Ejemplo:
Si el peso de una persona es de 75 kilos y su talla es de 1.68 metros, se calcula así:
(75 Kg) ÷ (1.68 al cuadrado)
(75 kg) ÷ (2.8224 m) = 26.57
El IMC de esta persona es de 26.57
RANGOS DEL IMC
– Menor a 18.9 = peso bajo
– 18.50 a 24.99 = peso normal
– 25.00 a 29.99 = sobrepeso
– 30.00 a 34.99 = obesidad leve
– 35.00 a 39.99 = obesidad media
– Mayor a 40.0 = obesidad mórbida
Realmente, ¿Cuántas comidas tengo que realizar para mejorar mi IMC?
Comer menos pero varias veces al día adelgaza más que hacer solo dos grandes comidas diarias. Es algo que hemos oído siempre y que ahora la ciencia viene a confirmar:
Realizar de 5 a 6 comidas diarias de forma regular se relaciona con un menor Índice de Masa Corporal (IMC). Así lo destaca un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
Por lo tanto, la investigación también demuestra que una mayor frecuencia de las comidas se relaciona con un mejor funcionamiento del «reloj interno» que tenemos todos y que marca un momento determinado para cada cosa. Así pues, hay unas horas en que nuestro metabolismo devora más calorías y otras que no tanto.
Para llegar a la conclusión de que la frecuencia de las comidas influye en el Índice de Masa Corporal, se analizó lo siguiente:
- La dieta.
- Los horarios de sueño y comidas.
- La temperatura corporal.
- El Índice de Masa Corporal.
De esta forma, los resultados muestran que cuanto mayor es la frecuencia de las comidas, menor es el Índice de Masa Corporal.
Estas 5 comidas son el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena. Si bien estas deben darse en ciertas horas del día, las rutinas diarias de cada persona pueden hacerlas variar. No obstante, según los nutricionistas, lo más importante no es tanto a qué hora comemos cada comida sino la calidad de la misma.
Qué, cuánto y cuándo
La alimentación es la columna vertebral de una vida saludable. En ese sentido, todo lo que le rodea puede ser una ayuda a la hora de sentirnos mejor. Qué comemos es imprescindible, cuánto lo hacemos es muy importante, pero también lo es el cómo y el cuándo.
Respecto a las horas en las que debemos hacer nuestras comidas, podemos dar una serie de consejos y líneas rojas. No obstante, no queremos preocupar a nadie, ya que somos conscientes que el trabajo y las obligaciones pueden hacer que muchas veces no podamos cumplir estos horarios. A pesar de esto, siempre que sea posible, deberíamos intentar seguir estas pautas:
–No se debe comer más allá de las 3 de la tarde: la comida del mediodía se debe hacer antes de esta hora, ya que más tarde afecta en el control del azúcar en sangre y favorece la ganancia de peso.
–No se debe cenar más tarde de las 9: aunque en nuestro día a día mediterráneo las 9 puede parecer una hora idónea, ya vamos tarde para cenar. Si miramos a nuestro alrededor veremos que nuestro horario no es normal, no solo porque pueda afectar al nivel de azúcar en sangre, sino porque dificulta la digestión al ser una hora muy cercana al sueño.
Otra cosa que ha demostrado la cronobiología y el estudio de los ritmos circadianos es que la genética puede afectar nuestros horarios y lo que nos va mejor. Hay dos perfiles de personas, y otras indefinidas, que se pueden separar entre nocturnos y diurnos.
Dependiendo de cada perfil, nuestro cuerpo se adapta mejor a unas horas o a otras. Es por eso que se hace muy difícil dar unas reglas universales, ya que al final, lo que le va bien a uno puede ser muy distinto de lo que funciona para otro.
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